
RUTAS
Historias del Puente Romano

Maria Jiménez
"El Puente Romano de Córdoba, construido en el siglo I a.C., fue una obra clave para conectar ambas orillas del Guadalquivir y facilitar el comercio y la comunicación en la ciudad. Su construcción estuvo a cargo de ingenieros romanos que utilizaron materiales como piedra caliza, y se apoyaron en pilares de gran robustez, lo que permitió que el puente resistiera las crecidas del río. A lo largo de los siglos, el puente ha sido testigo de importantes eventos históricos, como las invasiones musulmanas, y sigue siendo uno de los símbolos más emblemáticos de la ciudad” Maria Jiménez

Carmen Corpas
"La tapa especial en la Taberna de mi abuela era pescado del rio en tempura. Nos contaba que en la posguerra, cuando el hambre apretaba y el pan escaseaba, el puente romano de Córdoba se convirtió en refugio de pescadores improvisados. Al amanecer, hombres y niños lanzaban sus cañas de junco y anzuelos hechos con alfileres al Guadalquivir, esperando atrapar barbos y anguilas entre los pilares milenarios. Bajo la mirada de estatuas erosionadas por el tiempo, el río no solo daba sustento, sino también historias de supervivencia grabadas en la memoria de la ciudad." Carmen Corpas

Jose Luis Castejón
"Mi abuelo siempre contaba aquella noche de abril de 2024 como si la hubiera vivido en primera persona. Decía que eran las tantas, que el aire olía a azahar y que el Guadalquivir reflejaba las luces de la ciudad cuando un estruendo rompió la calma. Un coche había caído al río desde el Puente de Miraflores. La gente se arremolinó en la orilla, los bomberos llegaron en cuestión de minutos y, para alivio de todos, consiguieron sacar a la conductora sana y salva. “Fue un milagro”, repetía mi abuelo, “pero también un aviso de que el río siempre está ahí testigo de las luces y las sombras de nuestra. Jose Luis Castejón ciudad”. Jose Luis Castejón

Enrique Páez
"Cerca de la Torre de la Calahorra, un antiguo molino de San Antonio, que aún conserva el eco de sus tiempos de esplendor, guarda en su interior relatos de los comerciantes que pasaron con sacos de harina, de las manos que lo hicieron funcionar día tras día y del río que alimentaba su energía. Hoy, en el silencio de la tarde, se puede sentir cómo ese molino sigue observando el Guadalquivir, como si aguardara, con paciencia ancestral, el regreso de aquellos tiempos cuando la vida giraba al ritmo de sus aguas." Enrique Páez

Nely Villar
“Mi lugar favorito de la Albolafia es cuando cruzas el Puente Romano de Córdoba y te detienes en uno de sus arcos, el Molino de San Antonio parece mirarte desde el pasado, casi como si te invitara a formar parte de su historia. Las palas del molino giran suavemente con la corriente del Guadalquivir, y de repente, todo se calma. Es como si el tiempo se detuviera por un momento, y te das cuenta de que, en ese rincón, Córdoba guarda una conexión única entre su pasado y su presente, esperando a ser vivida por cada quien se atreva a detenerse y escucharla.” Nely Villar

Alvaro Navarro
"En mayo de 2023, los artistas ucranianos Mikhail Korobkov y Olga Korobkova llegaron a Córdoba, donde crearon un mural titulado “La paz en nuestras manos” como parte del proyecto ‘Córdoba Ciudad de las Ideas’. El mural, de 14 metros de altura, fue pintado en la fachada del antiguo Hostal El Triunfo, cerca de la Mezquita-Catedral, y simboliza la esperanza de un futuro en paz, inspirándose en la cultura ucraniana. Inaugurado en junio de 2023, se ha convertido en un importante espacio artístico en la ciudad, transmitiendo un mensaje global de paz." Alvaro Navarro

María Cruz
"En una cálida tarde de verano, un grupo de amigos se reunió a orillas del Guadalquivir, extendiendo mantas entre los sauces y las olas suaves del río. Entre risas y el sonido lejano de las campanas de la Mezquita, se compartieron platos de salmorejo, flamenquines y empanadas de pisto, fusionando sabores de la tierra con los aromas del río. Aquellas orillas, bañadas por la luz dorada del atardecer, se convirtieron en un festín no solo para el paladar, sino para el alma, mostrando cómo la diversidad gastronómica de Córdoba cobra vida en sus rincones más sencillos." María Cruz

Sagra Sánchez
"Cada tarde, cuando el calor de Córdoba hace que el Guadalquivir parezca casi una sopa, ella aparece con su carrito de zumos de naranja, como una superheroína de la frescura, dispuesta a salvar el día. Los turistas, sudando como si estuvieran en una parrilla, no pueden resistirse a su sonrisa y a un vaso de jugo recién exprimido, que sabe a gloria. Y entre chistes y risas, ella les recuerda que, en Córdoba, ni el calor ni el tiempo pueden contra el poder de una buena naranja bien exprimida."
Sagra Sánchez

José Luis Montero
“ Hace más de 2.000 años, los ingenieros romanos desviaron el cauce del Guadalquivir y clavaron pilotes de madera para construir el puente con su innovador hormigón, el opus caementicium, cuya fórmula sigue sorprendiendo a los científicos. Sus 16 arcos de piedra caliza resistieron siglos de crecidas y transformaciones urbanas, manteniendo su estructura original. Hoy, sigue en pie como testigo de la grandeza de Roma y la historia viva de Córdoba” José Luis Montero

Carmen de la Haba
"Te llevas una servilleta arrugada de la Feria de Córdoba, manchada de vino y polvo de los cascos, como un trozo de la ciudad que se niega a olvidar. Entre sus pliegues se esconden risas compartidas, taconazos que resonaron en la pista y conversaciones al calor de las luces de los farolillos. Aunque sucia y gastada, la servilleta es tu pequeño pedazo de esa noche mágica, un recuerdo que sigue vivo, incluso cuando ya ha pasado el último rebujito." Carmen de la Haba

Lola de Viguera.
"El 10 de mayo de 1765, un grupo de hombres trasladó solemnemente la imagen de San Rafael sobre el puente romano de Córdoba, en su camino hacia la capilla de la Veracruz. La escultura, cargada con devoción, cruzó el puente mientras el Guadalquivir susurraba abajo. Era un acto de fe que unió la tradición y la historia de la ciudad." Lola de Viguera.

Marian Campra
"En el Museo Hidráulico Molina de Martos, se conserva una impresionante colección de maquinaria hidráulica que data del siglo XIX, testigo de la historia de la industria de la aceituna en la región. Entre sus piezas destaca una prensa de aceite de origen romano, restaurada meticulosamente, que aún conserva la fuerza de su ingenio ancestral. Este museo no solo es un viaje al pasado industrial de Córdoba, sino un homenaje a la innovación que convirtió a la provincia en el corazón de la producción aceitera uniendo el pasado industrial y tecnológico con una de las actividades más emblemáticas de la provincia."
Marian Campra

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